miércoles, 7 de noviembre de 2012

EL NUEVO MAS REPUDIA EL CACEROLAZO REACCIONARIO SIN DAR NINGÚN APOYO AL GOBIERN0 K


No es una alternativa para los trabajadores

Desde el Nuevo MAS queremos ser absolutamente claros: repudiamos la convocatoria del 8N por representar sin lugar a dudas el intento de montar una alternativa por derecha al gobierno K, que exprese una oposición “liberal y republicana” al oficialismo k, cuyos motivos íntimos son: la defensa de la actual constitución neoliberal reformada en los 90` (incluyendo aquí al FAP y los “antiimperialistas” de Libres del Sur), el libre mercado, la no intervención del estado en la economía, la libertad de prensa entendida como libertad de empresa y el monopolio de los medios por la oposición gorila, la libre disposición de dólares para hacerse paseitos por el exterior o, mucho más importante, pasar a moneda ‘dura’ las súper ganancias extraídas de la explotación de la clase obrera. Una agenda que nada tiene que ver con las necesidades de los explotados y oprimidos y que, vergonzosamente, desde sectores de la izquierda se sigue considerando ‘progresiva’, como cuando no tuvieron empacho en poner las banderas rojas al lado de las de la Sociedad Rural en Palermo.

Aunque en estos días nos quisieron vender que había una ‘batalla en las redes sociales’, quedó claro que este cacerolazo ha perdido el aparente carácter ‘espontáneo’ que tuvo el 13 S, transformándose en una manifestación mucho más política. Tanto Macri como Carrió (entre muchos otros políticos de la oposición patronal), la Iglesia Católica, etcétera, se han declarado a favor del mismo, por no olvidarnos el hecho de que está directamente promovido por los diarios Clarín y La Nación, los que han salido a propagandizar que ‘si el 8 N es grande no hay 7 D’ (por la supuesta intervención que el gobierno de Cristina promovería ese día en el multimedio).

Los sectores populares que tienen justas críticas al gobierno, no deben confundirse. Como las marchas de Blumberg y, sobre todo, la coalición sojera del 2008, se trata esta de una manifestación reaccionaria y conservadora de los sectores pudientes de la sociedad en defensa cerrada de sus intereses, que nada tienen que ver con los intereses de los de abajo.

Dicho esto, tampoco defendemos al gobierno K. Este representa a los sectores patronales que defienden ‘otra regulación’ del mercado. Es que Cristina Fernández también expresa los intereses de la Argentina capitalista, de los grupos empresariales beneficiados por la nueva ley de accidentes de trabajo, por la flexibilización laboral, por una forma de explotación del trabajo que si ha implicado una mayor tasa de empleo, no ha dejado de significar un aumento considerable en la productividad fundada en el sudor, las lágrimas y la sangre del obrero. Cristina Kirchner quiere hacerse de los medios pero no para ponerlos al servicio del movimiento obrero y de masas, sino para que sea el oficialismo el que los monopolice, vendiendo desde los mismos su ‘relato’ acerca de cuales deben ser las reglas de juego de una Argentina que, aun con barniz ‘progre’, sigue siendo 100% capitalista.

Los trabajadores y el pueblo necesitan otra cosa, una salida independiente, la que no puede venir ni del gobierno de Cristina ni de los caceroleros ‘chetos’ que se van a expresar mañana. De estos enfrentamientos en las alturas entre distintas opciones patronales, nada bueno podemos esperar los sectores obreros y populares. Un ejemplo de esto ha sido recientemente todo el escándalo que se desató alrededor del tema del aborto, donde los referentes de ambos sectores patronales ni abrieron la boca evidenciando con su silencio el apoyo explícito a la archi-reaccionaria Iglesia Católica que sigue opinando como si todavía estuviéramos en la Edad Media.

El Nuevo MAS reitera la posición asumida cuando el conflicto del 2008, de absoluta independencia de clase frente a ambos bandos burgueses, impulsando la movilización para poner en pie un tercer polo en la política nacional que defienda los intereses de los sectores obreros y populares.
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