No es una alternativa para los trabajadores
Desde el Nuevo MAS queremos ser absolutamente claros: repudiamos la convocatoria del 8N por representar sin lugar
a dudas el intento de montar una alternativa por derecha al gobierno K,
que exprese una oposición “liberal y republicana” al oficialismo k,
cuyos motivos íntimos son: la defensa de la actual constitución
neoliberal reformada en los 90` (incluyendo aquí al FAP y los
“antiimperialistas” de Libres del Sur), el libre mercado, la no
intervención del estado en la economía, la libertad de prensa entendida
como libertad de empresa y el monopolio de los medios por la oposición
gorila, la libre disposición de dólares para hacerse paseitos por el
exterior o, mucho más importante, pasar a moneda ‘dura’ las súper
ganancias extraídas de la explotación de la clase obrera. Una agenda que
nada tiene que ver con las necesidades de los explotados y oprimidos y
que, vergonzosamente, desde sectores de la izquierda se sigue
considerando ‘progresiva’, como cuando no tuvieron empacho en poner las
banderas rojas al lado de las de la Sociedad Rural en Palermo.
Aunque en estos días nos quisieron vender que había una ‘batalla en las
redes sociales’, quedó claro que este cacerolazo ha perdido el aparente
carácter ‘espontáneo’ que tuvo el 13 S, transformándose en una
manifestación mucho más política. Tanto Macri como Carrió (entre muchos
otros políticos de la oposición patronal), la Iglesia Católica,
etcétera, se han declarado a favor del mismo, por no olvidarnos el hecho
de que está directamente promovido por los diarios Clarín y La Nación,
los que han salido a propagandizar que ‘si el 8 N es grande no hay 7 D’
(por la supuesta intervención que el gobierno de Cristina promovería ese
día en el multimedio).
Los sectores populares que tienen
justas críticas al gobierno, no deben confundirse. Como las marchas de
Blumberg y, sobre todo, la coalición sojera del 2008, se trata esta de
una manifestación reaccionaria y conservadora de los sectores pudientes
de la sociedad en defensa cerrada de sus intereses, que nada tienen que
ver con los intereses de los de abajo.
Dicho esto, tampoco
defendemos al gobierno K. Este representa a los sectores patronales que
defienden ‘otra regulación’ del mercado. Es que Cristina Fernández
también expresa los intereses de la Argentina capitalista, de los grupos
empresariales beneficiados por la nueva ley de accidentes de trabajo,
por la flexibilización laboral, por una forma de explotación del trabajo
que si ha implicado una mayor tasa de empleo, no ha dejado de
significar un aumento considerable en la productividad fundada en el
sudor, las lágrimas y la sangre del obrero. Cristina Kirchner quiere
hacerse de los medios pero no para ponerlos al servicio del movimiento
obrero y de masas, sino para que sea el oficialismo el que los
monopolice, vendiendo desde los mismos su ‘relato’ acerca de cuales
deben ser las reglas de juego de una Argentina que, aun con barniz
‘progre’, sigue siendo 100% capitalista.
Los trabajadores y el
pueblo necesitan otra cosa, una salida independiente, la que no puede
venir ni del gobierno de Cristina ni de los caceroleros ‘chetos’ que se
van a expresar mañana. De estos enfrentamientos en las alturas entre
distintas opciones patronales, nada bueno podemos esperar los sectores
obreros y populares. Un ejemplo de esto ha sido recientemente todo el
escándalo que se desató alrededor del tema del aborto, donde los
referentes de ambos sectores patronales ni abrieron la boca evidenciando
con su silencio el apoyo explícito a la archi-reaccionaria Iglesia
Católica que sigue opinando como si todavía estuviéramos en la Edad
Media.
El Nuevo MAS reitera la posición asumida cuando el
conflicto del 2008, de absoluta independencia de clase frente a ambos
bandos burgueses, impulsando la movilización para poner en pie un tercer
polo en la política nacional que defienda los intereses de los sectores
obreros y populares.
-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario