domingo, 12 de agosto de 2012

COMIENZO DE UN JUICIO HISTÓRICO


Todos somos Mariano Ferreyra

El pasado lunes 6 comenzó finalmente el juicio oral a José Pedraza y al conjunto de la dirección de la Unión Ferroviaria por el asesinato de Mariano Ferreyra. El compañero, joven militante del Partido Obrero, fue asesinado por una patota de la burocracia ferroviaria el 20 de octubre del 2010, causa por la cual Pedraza está preso desde febrero del 2011. Simultáneamente, desde el nuevo MAS impulsamos el sábado 4 un acto obrero en la puerta de Firestone exigiendo la reincorporación de nuestro compañero Maxi. Dedicaremos este editorial a dar cuenta de la pelea por justicia para Mariano de los elementos que lo enlazan con la nueva generación obrera y estudiantil que emerge en nuestro país.

La burocracia sindical en el banquillo

Desde todo punto de vista, el juicio oral que acaba de comenzar es histórico. No hay prácticamente antecedentes de que uno de los dirigentes emblemáticos de la burocracia sindical argentina haya sido sentado en el banquillo de los acusados por sus acciones contra los trabajadores. La burocracia sindical no sólo ha dado lugar a entregadas monumentales, sino a la abierta responsabilidad en la desaparición de compañeros y compañeras trabajadores durante la dictadura militar (además de su complicidad con el accionar de la Triple A, que involucra al propio Hugo Moyano).

Pedraza es representativo de esa casta que usurpa la conducción de los sindicatos y que desde la izquierda revolucionaria llamamos burocracia sindical. Se trata de una verdadera capa social privilegiada que desde hace décadas monopoliza la representación de los trabajadores. A esto contribuyen muchos mecanismos; entre ellos, la estatización de los sindicatos establecida desde el primer peronismo a partir de 1946, a la que siguieron redes de complicidad con gobiernos y patrones.(1)

Eso es lo que hace tan difícil sacarse de encima a cada uno de los burócratas que permanecen décadas atornillados en las conducciones de los sindicatos, sean miembros de la CGT (de sus distintos pedazos) o de la CTA (en sus dos versiones). Ésta última en muchos casos no tiene nada que envidiarles en metodologías antidemocráticas; ver en esta misma edición la provocación escandalosa y policial montada por la burocracia del SUTNA en el acto en Firestone.(2)

Es la justa percepción popular de que se trata de un sector privilegiado y vendido a intereses extraños a los trabajadores, lo que hace de Pedraza un símbolo representativo de toda la casta sindical. Su historia es también bastante similar a tantos otros burócratas. Con un origen vinculado al Partido Comunista (esto no tan común en la Argentina, aunque tampoco excepcional), rápidamente evolucionó como mandamás de la Unión Ferroviaria. Como una suerte de “camaleón” que siempre caía bien parado, pasó de un sindicalismo más o menos “opositor” a la dictadura militar a la entrega privatizadora del ferrocarril y los negociados bajo el menemismo, para en la última década pasarse entusiastamente a las filas del kirchnerismo. En el camino quedaron decenas de miles de compañeros ferroviarios y la mayoría de sus conquistas históricas.(3). Incluso más: la familia de Pedraza reviste como parte empresarial en una serie de negocios que hacen a la gestión del propio ferrocarril. Sin ir más lejos, su esposa preside hasta el día de hoy el Belgrano Cargas.

Es esta ubicación social lo que pone a Pedraza (y al conjunto de la burocracia sindical) en la vereda de enfrente de quienes dicen representar: los trabajadores. De ahí que sean mortales enemigos del activismo independiente y la izquierda, que en los últimos años viene pugnando por recuperar los sindicatos para los trabajadores.

Esa circunstancia es la que llevó al asesinato de Mariano. Porque se colocó en la línea de fuego de la defensa de los intereses de los trabajadores tercerizados del ferrocarril, en la histórica pelea de dos años atrás contra la tercerización en el Roca. Luego de la privatización y para abaratar costos, muchas de las tareas anteriormente llevadas adelante por los ferroviarios (como el mantenimiento de vías y obras) fueron traspasadas a empresas tercerizadas con sus trabajadores en negro. Éstas, para colmo, son un pingüe negocio para los jerarcas sindicales, que las manejan en calidad de empresarios. Las luchas de los tercerizados cuestionaba esto, y de ahí que en su desesperación la burocracia de la Unión Ferroviaria llegara hasta donde llegó no solamente en defensa de sus negocios sino de su monopolio de la representación sindical en riesgo por el proceso antiburocrático que madura desde las bases, entre los ferroviarios (y más allá).

Con Pedraza, es el conjunto de la burocracia la que está en el banquillo. Porque más allá de matices, la dirección de la UF es representativa de una situación común al conjunto de la burocracia sindical argentina, y que el proceso de recomposición en curso está cuestionando. De ahí que aunque muchos pretendan disimularlo, o le hayan soltado la mano a Pedraza, es un llamado de atención para toda la casta burocrática de lo que le puede pasar si proceden de igual modo que Pedraza (hecho no es menor entre lo todo lo que pone en juego el juicio).

Ninguna confianza en los tribunales

Que se haya logrado sentar en el banquillo a Pedraza, y que el juicio se haya iniciado, es un primer triunfo en esta pelea. El lunes se llevó adelante una importante movilización frente a Comodoro Py en la que participó mayormente la izquierda con importantes delegaciones del PO y también del resto de las corrientes, entre ellas el Nuevo MAS, que nos quedamos haciendo el aguante hasta el final de la jornada. Pero también participaron delegaciones vinculadas al oficialismo, como la CTA Yasky y agrupaciones kirchneristas. Ya en la sala la representación fue aún más importante. Como defensa del hermano de Mariano, Pablo Ferreyra, participa el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), vinculado al kirchnerismo, así como se hizo presente casi todo el arco político-sindical de centroizquierda, incluyendo al propio Facundo Moyano, diputado por el Frente para la Victoria.

Así las cosas, se espera la presencia de 300 testigos y una duración de seis meses para el juicio oral. Como parte de la acusación (según informó Pitrola, dirigente del PO), la fiscal María Luz Jalbert aportó pruebas que incluso fueron más allá que lo que conocía la querella (CELS y María del Carmen Verdú, de la Correpi), en el sentido de la sistematicidad del plan asesino y de la directa participación de Pedraza en él. Héctor Heberling, dirigente de nuestro partido, también presente en las sesiones, nos cuenta que las nulidades presentadas por la defensa fueron rechazadas el martes 7, y el juicio está en pleno curso.

Sin embargo, queda una larga pelea por delante. Si bien el juicio marcha, ante la opinión pública Pedraza ya ha sido condenado, las nulidades han sido rechazadas y la acusación de la fiscal parece demoledora, estamos sólo ante la primera instancia; el fallo que pueda surgir de esta instancia será apelable a una segunda instancia e, incluso, podría llegar a la Corte. Es decir: se está frente a una dilatada batalla que no solamente va a depender de las evidencias, sino también de la marcha de los rumbos políticos en el país y, sobre todo, de una continuada presión con la movilización popular.

“Ni yanquis ni marxistas, peronistas”

El mismo lunes 6 Cristina hizo declaraciones acerca del juicio. Se atribuyó haber presentado el “testigo fundamental” de la causa y afirmó que “la bala que mató a Mariano rozó el corazón de Néstor” (en el sentido de que la preocupación que le generó habría ayudado a su deceso seis días después). Además, es sabido que el hermano de Mariano (Pablo) milita en las filas del kirchnerismo, razón por la cual el gobierno parece querer robarse los laureles de la posible condena a Pedraza.

Sin embargo, la realidad es mucho más compleja que esta puesta en escena. El gobierno kirchnerista nunca movió un dedo contra la burocracia sindical (más allá de amistades y enemistades con uno u otro sector de la misma), al punto que el propio Pedraza reviste en la nueva CGT oficialista. Incluso más: antes de su detención, era habitual verlo en actos del oficialismo, hasta compartiendo palcos con Néstor y Cristina. Es que la burocracia sindical sigue siendo una de las principales columnas vertebrales del peronismo, que continúa controlando la representación del movimiento obrero por intermedio de ella como ocurre desde su fundación, en mortal pelea con los sectores que la cuestionan desde la izquierda.

Como ya señalamos, esta situación tiene una historia que se remonta a varias décadas atrás. El propio peronismo surge como proyecto burgués preventivo para evitar una radicalización del movimiento obrero argentino (de ahí el cantito del subtítulo). Para esto se liquidó a Cipriano Reyes y el esbozo de su Partido Laborista ya en los primeros meses de gestión de Perón; para esto se cooptó la dirección de la CGT, y a partir de ahí y hasta nuestros días, el PJ monopolizó la representación sindical aun en medio de amplios cuestionamientos y riquísimas experiencias independientes, entre ellas la del clasismo de los años 60 y 70, y hoy, el surgimiento de una nueva generación obrera que se expresa entre los propios ferroviarios, en la alimentación, en el neumático, judiciales bonaerenses, gráficos, jaboneros, carne y varios gremios más.

Néstor y Cristina no han hecho más que continuar la tradición peronista, y en el terreno sindical se han comportado como perfectos conservadores, sin habilitar siquiera desde el punto de vista de una ley burguesa la libertad sindical que le reclama la CTA.

Esta misma complicidad es la que se está ensayando hoy con una política que podría ser la de soltarle la mano a Pedraza pero para conservar al resto de la burocracia sindical, incluso la de la Verde de la Unión Ferroviaria, que ha ajustado nuevos vínculos con el oficialismo bajo cuerda.

De Mariano a Maxi, una nueva generación militante

Pero la lucha por justicia para Mariano tiene otra simbología más. En él se expresa la emergencia en la última década de una nueva generación de militantes estudiantiles que integra las filas de las corrientes de la izquierda revolucionaria. Mariano representa en gran medida esa nueva generación que se ha comprometido a partir del Argentinazo, renovado las filas de la militancia de la izquierda y haciendo una enorme experiencia de lucha, por ejemplo, mediante el apoyo a las luchas de la clase obrera, como fue el caso en el que él cayó asesinado. Podemos recordar en los últimos años un sinnúmero de ejemplos en los que la militancia joven de las organizaciones de izquierda le ha hecho el aguante a las luchas obreras: el subterráneo de Buenos Aires, Fate, Kraft, los tercerizados ferroviarios y un larguísimo etcétera.(4)

Pero esto tiene otra significación más. Esta nueva generación es tanto estudiantil como obrera. Y esto es también lo que enlaza a Mariano con nuestro compañero Maxi Cisneros, despedido de Firestone. Porque como decíamos al comienzo de este editorial, está en curso un proceso de recomposición obrera que tiene como protagonista a esta generación obrera que en estos últimos años viene haciendo sus primeras experiencias. Una nueva generación que en distintos gremios se pone de pie contra la burocracia sindical y hace sus primeros rudimentos de experiencias política independiente (aunque esto último de modo más embrionario que el contenido antiburocrático). Mariano y Maxi están unidos así generacionalmente.

De ahí que en el acto que organizó el sábado 4 nuestro partido en la puerta de Firestone para revertir el despido arbitrario de Maxi estuviera tan presente la pelea por justicia para Mariano y la condena a Pedraza. Maxi contó ahí cómo la primera actividad que hicieron los compañeros que posteriormente darían lugar a la Naranja fue ir al acto que se estaba realizando el día de su asesinato.

Porque, además, los métodos de la burocracia también son universales. A modo de burda provocación, la dirección del neumático de Pedro Wasiejko se dedicó a filmar policialmente el desarrollo del acto, como para intimidar a los presentes y, sobre todo, para hacer una suerte de “cordón sanitario” para que no se acerquen trabajadores de la base de Bridgstone-Firestone al acto. Una maniobra realizada en connivencia con la empresa, que organizó la entrada y salida del personal por otro portón para que la base no participara. Claro que la maniobra tuvo patas cortas y desde el sábado no hay otro comentario en la fábrica que el acto que realizamos y cómo la burocracia se dedicó a filmarlo.

Las tareas del momento

En todo caso, Mariano, Maxi y todos los compañeros y compañeras de la nueva generación obrera están unidos en la pelea estratégica por recuperar los sindicatos para los trabajadores, barriendo a la burocracia sindical peronista e incluso yendo más allá: hacia una experiencia de independencia política de clase y el ingreso a militar en las organizaciones de la izquierda revolucionaria, como es el ejemplo de Mariano y también de Maxi.

Así, la lucha por justicia para Mariano y por la reincorporación de Maxi en Firestone, así como por la recuperación de nuevos sindicatos (se viene ahora la elección de los judiciales bonaerenses, entre otras) serán parte de las principales peleas del Nuevo MAS en el próximo período.

Notas

(1) Parte de estos mecanismos de estatización sindical es el descuento compulsivo a los trabajadores en su recibo de sueldo por parte de las empresas, dinero que recibe el Estado y es redirigido hacia los sindicatos. También los millonarios fondos de las obras sociales y las leyes que rigen el accionar de los sindicatos, que en nuestro país le dan la representación legal a una sola organización por rama de actividad.


(2) Tanto las burocracias de la CGT como las de la CTA se dedicaron siempre a identificar a los mejores compañeros para garantizar que los patrones los echen de sus lugares de trabajo. Este comportamiento antiobrero llega, en casos extremos como el de Mariano, al asesinato de luchadores.


(3) En los años 40 la Unión Ferroviaria era uno de los gremios más fuertes del país, con algo más de 80.000 trabajadores; hoy, a duras penas llega a una décima parte de esa cifra, tras una destrucción del sistema ferroviario contra la cual jamás se le oyó

levantar la voz.

(4) Agreguemos otros como, en su momento, las experiencias de apoyo de los movimientos piqueteros a las luchas de los trabajadores en Brukman, Zanon, Firestone, el Hospital Garrahan y el Francés, el subterráneo de Buenos Aires, entre otras, en las cuales tuvo participación destacada el FTC, y la compañera Elsa del Polo Obrero, gravemente herida en la jornada que fue asesinado Mariano. Son ejemplos de solidaridad obrera, estudiantil y popular de inmenso valor en directa oposición con el corporativismo que segrega la putrefacta burocracia sindical.

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