jueves, 4 de octubre de 2012

EL NUEVO MAS RECHAZA EL "PLANTEO" DE PREFECTOS Y GENDARMES


El conflicto con Prefectura y Gendarmería: un planteo inaceptable

En la mañana de hoy la población del país se desayunó con un planteo salarial de la Prefectura, que con el correr de las horas terminó siendo asumido también por la Gendarmería. Al momento de escribir este comunicado, suboficiales y tropa de ambas fuerzas se mantienen concentrados frente a los edificios correspondientes a cada fuerza, a lo que se ha sumado la concentración de personal de la marina frente al edificio de la Armada en Comodoro Py, anunciando que “pernoctarán montando un campamento hasta tanto vean satisfechos sus reclamos”.

Mientras tanto, el planteo se está trasmitiendo en cadena nacional, y una declaración de legisladores del Congreso acaba de exigirles "adecuar sus acciones a pautas de funcionamiento democrático y subordinación a las autoridades legalmente constituidas, de acuerdo a la Constitución". También ha trascendido que los mandos de ambas fuerzas acaban de renunciar.

La naturaleza del reclamo

Detengámonos primero en la naturaleza del reclamo, la caracterización del mismo y luego en cuál debe ser la posición desde la izquierda revolucionaria frente al mismo.

Por un lado, es evidente que, en su aspecto formal, se trata de un recorte salarial como parte de la política de sintonía fina del gobierno. Al parecer, hubo algún problema de “instrumentación”, porque el recorte llegó solo a la suboficialidad, pero no a los mandos superiores.

Sin embargo, también parece ser un hecho cierto que entre los miembros de Prefectura y Gendarmería hay una práctica habitual por intermedio de la cual, y a diferencia por ejemplo de los trabajadores judiciales que vienen peleando por ese reclamo hace años, habría –no sabemos con qué justificación- cierta ley o circunstancia de “enganche” que les permite presentar amparos ante la justicia en reclamo por sus ingresos.

Resulta ser que aprovechándose de esta circunstancia, algunos prefectos y gendarmes llegan a gozar hasta 50.000 o 80.000 pesos de salario, una aberración por dónde se la mire y que el decreto gubernamental –entre otras cosas- pretendía venir a resolver.

Que el gobierno está embarcado en una política de ajuste es un hecho, y que parte de este mismo ajuste se haya descargado sobre estas dos fuerzas, al parecer, de alguna manera también; sin embargo, este es el aspecto superficial de la cosa, que no hace a su reclamo “progresivo” como creen algunos.

Porque aquí hay un problema de fondo, y que tiene que ver con dos aspectos. Por un lado, cuando se habla de las fuerzas represivas (y la Prefectura y Gendarmería lo son), se esta hablando no de “trabajadores” como creen algunos equivocadamente, sino de un personal burocrático que recibe un salario como parte del aparato represivo del Estado, precisamente para eso: no para trabajar, sino para reprimir. En esas condiciones, la solidaridad con sus reclamos no procede, porque solamente están colocados para hacer más eficiente su labor.

Pero además, hay un segundo problema muy grave. A pesar de la línea negociadora del gobierno (un gobierno que no ha hecho otra cosa, sin embargo, que apañar a la Prefectura y Gendarmería, legitimándolas como fuerzas “sanas” de reemplazo a la policía federal y provincial), los que están en el planteo ahora van por más y no aceptan el ofrecimiento gubernamental. Es decir, su acción se está transformando en un planteo que está cuestionando a las autoridades constituidas, con lo cual tiende a adquirir una dinámica que es peligrosa y que rechazamos.

Parte de esta misma dinámica es que los propios protagonistas del planteo señalan que, aunque de manera “no orgánica”, se les están sumando sectores del ejército, la fuerza aérea y la policía federal.

De ahí que hablemos de “planteo” y no de “huelga”. Porque esta segunda definición podría confundir las cosas. Cuando se habla de huelga, se habla de un legítimo reclamo de un sector de los trabajadores. Pero cuando se habla de una medida de fuerza de integrantes o fuerzas enteras del aparato represivo, ya la cosa toma otro cariz: inevitablemente adquiere un carácter político que rebasa el aspecto “reivindicativo” y que tiene que ver con el plantarse de dicho aparato frente al propio régimen de democracia de los ricos desde la derecha; de ahí que hablemos de planteo y no de huelga.

El Nuevo MAS no apoya el reclamo de prefectos y gendarmes

En estas condiciones, ya se ha echado a rodar un debate acerca de qué posición asumir frente al planteo de estas fuerzas. Tanto Moyano como Caló han salido a apoyar el reclamo. Lo propio ha ocurrido con Vilma Ripoll desde el MST. Y no sabemos si no están en marcha otros apoyos, sean desde sectores patronales, burocráticos o, vergonzosamente, desde sectores de la misma izquierda.

Nos parece que apoyar el reclamo de estas fuerzas represivas es un gravísimo error. No hace falta apoyar al gobierno capitalista de Cristina Kirchner para saber que solamente en condiciones de situaciones realmente revolucionarias, cuando un sector de la tropa de las fuerzas represivas puede ser arrancado hacia la izquierda (y su composición es, más bien, conscripta, lo que no es el caso de gendarmes y prefectos), se le puede tender la mano a la base de las mismas.

Pero en condiciones normales, como las de hoy, esto es un desastre. Si para muestra basta un botón, al parecer, simultáneamente con la concentración frente al edificio Guardacostas, de casualidad pasaba cerca una movilización de una repartición pública de ATE, y gendarmes y prefectos se apresuraron a apersonarse señalándoles que siquiera se les ocurriera pasar por la puerta del edificio …

Además, los propios protagonistas dicen que sus reclamos no son solamente salariales, sino para que “dejen de morir integrantes de la fuerza”; es decir, exigen por lo bajo mayores condiciones represivas aun.

Las organizaciones obreras y la izquierda cometerían un grave error si salieran a apoyar un planteo que, en definitiva, nada tiene que ver con los reclamos de los trabajadores y que solo sirven, por el contrario, para fortalecer una fuerza que se usa contra ellos y sus luchas.

De ahí que desde el Nuevo MAS rechazamos enfáticamente este planteo que tiene una dinámica de cuestionar por derecha las libertades democráticas en el país.

Comité Ejecutivo Nuevo MAS 3/10/2012
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